A tan solo 25 kilómetros al oeste de Lisboa se encuentra la denominada como Riviera Portuguesa, una región costera de extensas playas y espectaculares acantilados ubicados dentro del Parque Nacional de Sintra-Cascais. Un espacio natural que presenta una gran diversidad de paisajes donde los bosques de la Sierra de Sintra contrastan con el azul de las playas de Estoril y Cascais, dos villas con mucho encanto que completan un lugar único. Estoril, será por tanto, el comienzo de esta ruta costera de un día que nos llevará hasta el pequeño pueblo de Azenhas do Mar, permitiéndonos disfrutar durante este recorrido de unas vistas fascinantes del océano Atlántico.
Estoril, tranquilas playas de arena fina
Esta pequeña población situada a orillas del océano Atlántico da nombre a toda esta parte de la costa que se extiende desde la desembocadura del río Tajo hasta unos kilómetros después de Cascais. Los principales encantos de Estoril son los pintorescos jardines del Casino y sus playas de arena fina, además de sus bonitas casas y mansiones situadas en el centro de la villa.
Ante su luminosa bahía, el paseo marítimo de Estoril se extiende frente a la playa de Tamariz, una de las más conocidas de la población donde se encuentra el Chalet Barros, un pequeño castillo construido en el año 1894 por Joao Martins Barros. En la misma playa, al otro lado del castillo, junto al espigón, se encuentran las piscinas naturales do Tamariz que se nutren de las aguas que bañan esta costa. Y si caminamos por el paseo marítimo en dirección contraria al castillo, llegaremos en apenas 3 kilómetros a la vecina población de Cascais, cuya fisonomía, al igual que la de Estoril, cuenta también con bonitos palacetes y mansiones.
Ante su luminosa bahía, el paseo marítimo de Estoril se extiende frente a la playa de Tamariz, una de las más conocidas de la población donde se encuentra el Chalet Barros, un pequeño castillo construido en el año 1894 por Joao Martins Barros. En la misma playa, al otro lado del castillo, junto al espigón, se encuentran las piscinas naturales do Tamariz que se nutren de las aguas que bañan esta costa. Y si caminamos por el paseo marítimo en dirección contraria al castillo, llegaremos en apenas 3 kilómetros a la vecina población de Cascais, cuya fisonomía, al igual que la de Estoril, cuenta también con bonitos palacetes y mansiones.
Playa de Tamariz con el Chalet Barros al fondo
Cascais, palacetes y museos a orillas del océano Atlántico
La villa de Cascais se caracteriza por tener una arquitectura sencilla pero a la vez elegante al contar con varias mansiones, algunas de ellas convertidas con el tiempo en hoteles con encanto. También son características sus calles peatonales adoquinadas con piedra de color blanco y negro, muy frecuente en muchos de los pueblos y ciudades de Portugal. Este tipo de enlosado por ejemplo se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento, cuyo diseño es idéntico a la Plaza de Rossio en Lisboa, y ambas, por la forma ondulatoria con que están dibujadas le dan una apariencia tridimensional.
Como buena villa costera, Cascais cuenta con tres playas: playa da Duquesa, playa da Rainha y playa da Ribeira da Cascais, esta última situada justo enfrente de la Plaza del Ayuntamiento. Aunque Cascais es una población pequeña tiene muchos rincones de interés, pues además de su Ciudadela del siglo XVI y de la iglesia de Nossa Senhora dos Navegantes del siglo XVII, acoge el conocido como "barrio de los museos".
En este reducido espacio de la villa se hallan el Palacio-Museo Castro de Condes de Guimaraes; la Casa de Santa María, Palacete de principios de siglo XX donde se muestran exposiciones temporales, además de realizarse presentaciones de libros y conferencias, entre otras actividades; el Museo del Faro de Santa Marta, donde se exponen varios faros de diferentes épocas, además de contar la historia de este faro que aún funciona hoy en día; el Museo del Mar, el Museo de Arte Moderno, y por último la Casa das historias Paula Rego.
Plaza del Ayuntamiento
Como buena villa costera, Cascais cuenta con tres playas: playa da Duquesa, playa da Rainha y playa da Ribeira da Cascais, esta última situada justo enfrente de la Plaza del Ayuntamiento. Aunque Cascais es una población pequeña tiene muchos rincones de interés, pues además de su Ciudadela del siglo XVI y de la iglesia de Nossa Senhora dos Navegantes del siglo XVII, acoge el conocido como "barrio de los museos".
Vistas desde el Palacio Castro de Guimaraes junto al faro y la Casa de Santa María
En este reducido espacio de la villa se hallan el Palacio-Museo Castro de Condes de Guimaraes; la Casa de Santa María, Palacete de principios de siglo XX donde se muestran exposiciones temporales, además de realizarse presentaciones de libros y conferencias, entre otras actividades; el Museo del Faro de Santa Marta, donde se exponen varios faros de diferentes épocas, además de contar la historia de este faro que aún funciona hoy en día; el Museo del Mar, el Museo de Arte Moderno, y por último la Casa das historias Paula Rego.
Museo Casa de Santa Maria, Cascais
La Boca do Inferno, los acantilados donde aulla el diablo
Muy cerca de Cascais se encuentra la Boca del infierno, unos acantilados cuya belleza no se corresponde con el nombre que recibe. Estas grandes paredes calizas fueron formadas por la erosión del agua, horadando en algunos puntos cuevas y cavidades, como la conocida como la Boca del Infierno y que da nombre a estos acantilados. Las espectaculares vistas que se obtienen desde su mirador es un motivo más que suficiente para acercarse hasta aquí desde Cascais, ya sea en coche o andado a través de un paseo peatonal que une esta población con el Cabo da Roca, y disfrutar así de una de las mejores vistas de la costa.
La espectacularidad de la Boca del infierno y la razón por la que fue bautizada así esta cavidad, es por el sonido ensordecedor que causa el mar cuando impacta fuertemente contras la rocas, más aún si el mar está embravecido, relacionándose desde siempre estos sonidos con los producidos por el diablo. En cambio, si te acercas a visitar este lugar un día en el que luce un agradable sol y las aguas están en calma puedes disfrutar de unas fantásticas vistas y de uno de los mejores atardeceres.
La espectacularidad de la Boca del infierno y la razón por la que fue bautizada así esta cavidad, es por el sonido ensordecedor que causa el mar cuando impacta fuertemente contras la rocas, más aún si el mar está embravecido, relacionándose desde siempre estos sonidos con los producidos por el diablo. En cambio, si te acercas a visitar este lugar un día en el que luce un agradable sol y las aguas están en calma puedes disfrutar de unas fantásticas vistas y de uno de los mejores atardeceres.
Boca do Inferno |
Playa de Guincho, un paraíso para los surfistas
Continuando por la carretera panorámica que bordea la costa del Atlántico, y tras unos 7 kilómetros, llegamos a playa do Guincho, una de las más espectaculares por su extensión y sus dunas de arena. Esta playa al encontrarse en un lugar muy abierto hace que soplen fuertes vientos produciendo de esta forma grandes olas, siendo por tanto un paraíso para los surfistas.
Praia do Guincho, Cascais
Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa
A partir de la Playa do Guincho, la carretera abandona la costa para adentrarse en el Parque Natural de la Sierra de Sintra a través de una sinuosa y estrecha carretera, para después de 12 kilómetros regresar de nuevo a la costa. Es entonces cuando nos encontramos con el Cabo da Roca, un bellísimo acantilado de 140 metros de altura. Un lugar mágico ya no solo por su entorno, sino también por ser el extremo más occidental de Europa, siendo considerado antiguamente el fin del mundo junto con Finisterre en Galicia, aunque en realidad el punto más occidental de España es el Cabo Touriñán.
El Cabo da Roca cuenta con un mirador desde donde se obtienen unas magníficas vistas de los acantilados y del océano Atlántico en todo su explendor, además de un monolito en forma de cruz donde están inscritas la coordenadas exactas del cabo. A su vez también tiene grabada una frase del poeta Luis de Camoes que describe así este lugar: "donde la tierra se acaba y el mar comienza". Y como cualquier cabo que se precie no le puede faltar su faro, inaugurado en el año 1772, por lo tanto uno de los más antiguos de Portugal, y del que dicen que su luz alcanza más de 48 kilómetros de distancia.
El Cabo da Roca cuenta con un mirador desde donde se obtienen unas magníficas vistas de los acantilados y del océano Atlántico en todo su explendor, además de un monolito en forma de cruz donde están inscritas la coordenadas exactas del cabo. A su vez también tiene grabada una frase del poeta Luis de Camoes que describe así este lugar: "donde la tierra se acaba y el mar comienza". Y como cualquier cabo que se precie no le puede faltar su faro, inaugurado en el año 1772, por lo tanto uno de los más antiguos de Portugal, y del que dicen que su luz alcanza más de 48 kilómetros de distancia.
Monolito del Cabo da Roca y el faro al fondo
Praia Grande, la más grande de la costa de Sintra
Al igual que la de Guincho, esta playa situada a 7 kilómetros del Cabo da Roca es un lugar de peregrinaje para los surfistas, devotos de las grandes olas producidas por los fuertes vientos que soplan en esta amplia playa, no en vano es la más grande de toda la costa de Sintra. Además esta playa cuenta en su extremo sur con la presencia de un conjunto de huellas de dinosaurios marcadas en la roca, cuya antigüedad está estimada entre unos 110 y 170 millones de años.
Azenhas do Mar, una villa asomada al océano Atlántico
Llegamos al final de esta ruta costera para encontrarnos con el pequeño pueblo de Azenhas do Mar, que encaramado sobre un acantilado nos muestra una de las imágenes más bucólicas de este recorrido. Esta villa asomada al océano Atlántico tiene una pequeña piscina natural cuyas aguas se renuevan con cada crecida del mar. Un lugar mágico donde se disfruta de un maravilloso atardecer desde su mirador ubicado en un pequeño promontorio, desde el cual observaremos como el pequeño pueblo de Azenhas do Mar se va tornando de un color dorado a la vez que el sol se oculta en el horizonte.
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Si estás buscando alojamiento en Sintra te recomendamos los apartamentos Casas da Biquinha. Unos coquetos apartamentos situados en la preciosa localidad de Sintra, muy cerca del Palacio da Pena y demás lugares turísticos de la villa.
8 Comentarios
Como buen conocedor y amante de esas bellas tierras portuguesas me permito felicitaros por este espléndido artículo. Un excelente resumen y acicate para el viajero. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Miguel Ángel por tus palabras. A nosotros también nos robó el corazón Portugal. Sus playas, pueblos y ciudades nos cautivaron desde el primer momento en que los visitamos. Un saludo
Eliminar¡Qué bonito! Me quedé con las ganas de ir a Cascais y a Estoril cuando estuve en Lisboa hace años y al final fui solo a Sintra. ¡Tengo que volver! Qué bonita la Casa de María de Cascais con esos azulejos portugueses blancos y azules, me encantan :) un abrazo
ResponderEliminarSiempre que se viaja a Lisboa la excursión más popular es visitar Sintra y alguno de sus palacios. A nosotros nos gusta siempre viajar en coche propio o si no en alguna ocasión hemos alquilado para conocer los alrededores. Pero ya sabes que tienes una razón para volver. Un abrazo
Eliminar¡¡¡Me ha encantado!!! Me has llevado a repetir el primer viaje que hice fuera de España hace muchos años. Fuimos un verano con mis padres y estuvimos alojados muy cerca de la Playa de Guincho. Disfrutamos como enanos y recorrimos cada uno de los lugares que mencionas. Lo que más nos impresionó entonces fue la Boca del Infierno. Un abrazo y gracias por haberme hecho recordar ese viaje.
ResponderEliminarMuchas gracias Kris, cuanto nos alegra que te haya gustado y a la vez te hayan traído tan buenos recuerdos de tu primer viaje. Portugal sorprende mucho, en un país que nosotros teníamos olvidado y no nos atraía para nada y mira por donde ahora lo tenemos como nº1 para volver de nuevo. Saludos
EliminarEs tan bonita esa zona de Portugal! Bueno esa zona y todas porque la verdad es que me gusta casi todo el país. Estuve por ahí hace ya unos años, mis hijas eran pequeñas y me hicieron pagarles en la oficina de turismo del cabo un certificado de haber estado en el lugar más septentrional de Europa (andará por algún lado). No conozco Azenhas do Mar, ni había oído hablar de él, tomo nota porque me ha gustado.
ResponderEliminarUn beso
Carmen
Hola Carmen, Portugal es preciosa y mira que la teníamos cerca y nunca habíamos ido. Azenhas do Mar es un pueblo que enamora, yo lo vi en una fotografía y sabía que tenía que visitarlo y no me defraudó. Un beso
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